Por: Manuel Olvera Sánchez
Derivado de la revolución mexicana que generara inestabilidad social, económica, política e ingobernabilidad en el país, la incursión de José Vasconcelos al término del movimiento revolucionario de 1910 en lo relativo al campo educativo, representó de suma importancia al sentar las bases en su carácter de Secretario de Educación, al impulsar importantes pasos para un sector fundamental para el desarrollo de los pueblos.
Al promulgarse la Constitución de 1917, resultó prioritario que el Estado estableciera un sistema educativo que permitiera cumplir con los compromisos y retos que la situación de nuestro país vivía, con el propósito de superar el estado de cosas prevalecientes en todos los órdenes; dándose especial atención al quehacer educativo que acusaba serios rezagos.
Derivado de las serias necesidades en el sector educativo, el gobierno federal creó la Secretaria de Educación Pública en 1921, bajo la dirección de José Vasconcelos, quien de inmediato recurrió a organizar los departamentos en que se dividiría la nueva institución, quedando en primera instancia tres acciones sustantivas: la creación de buen número de escuelas elementales, bibliotecas y el impulso a las bellas artes.
La visión de Vasconcelos en la tarea educativa se centró sustantivamente en el rescate del hombre y la cultura mexicana desde una nueva perspectiva al federalizar la educación, esto con el propósito de unir a los diferentes grupos sociales separados por los largos años de lucha.
Acertadamente José Vasconcelos se propuso encontrar al hombre mexicano, tarea que llevaba el ideal de educar por y para la ciencia, la tecnología y la cultura, que tuviera como base las problemáticas de la realidad mexicana en su conjunto.
Su concepción partía de lograr por medio de la educación una transformación integral del hombre y la comunidad, que llevaran a nuestro país hacia la creación de una sociedad que fuera capaz de enfilarse hacia la prosperidad, enmarcada en la justicia social como meta.
Para concretar lo anterior, y valorando la situación prevaleciente, Vasconcelos dio un fuerte impulso a la educación rural porque sabía que era en este sector de la población donde se debería de dar prioridad, razón por la que va a crear las Escuelas Normales Rurales, las casas del pueblo y las casas del estudiante indígena, buscando el rescate de las tradiciones populares y la integración de los sectores más pobres a la sociedad, retos primarios de esa época.
Todo lo anterior lo concibió Vasconcelos como una necesidad y reto al valorar que la década vivida durante la revolución mexicana, dejó un doloroso saldo sangriento que convirtió a la política en un campo de batalla, en el que el lenguaje que imperaba era el de la violencia y no el de las ideas, pues al participar en el movimiento armado, conoció a fondo las múltiples necesidades en el campo educativo.
José Vasconcelos fue un intelectual creyente de la transformación de las conciencias a través de una labor educativa, con una visión de Estado, que requería de acciones que redundaran en condiciones sociales que se orientaran a un cambio para bien de México y su pueblo.
José Vasconcelos fue un hombre convencido de que solo a través de la educación México iba a forjar ciudadanos ilustrados y honestos, enemigos de la violencia y la destrucción que velaran siempre por los intereses del pueblo y no servirse de este para fines totalmente personales.
Para concretar lo anterior partió de la idea de que el maestro debe ser un artífice, un creador con cualidades humanas que nutrieran el alma y lograra transmitir un mensaje social de solidaridad y de justicia, que debería sustentarse en una pedagogía de la acción en estrecha relación con la vida dentro y fuera de las aulas, y sirviera para formar hábitos sociales.
Las ideas que sembró Vasconcelos por sus repercusiones aún persisten en el estímulo humanista que trazó en la política de la educación y de la cultura nacional, pues su visión y conocimiento de lo que el quehacer educativo representa para el progreso de los pueblos y bienestar de la población siguen vigentes.
Sin lugar a dudas, se puede afirmar y reconocer que José Vasconcelos fue y es una figura histórica de la educación en México, e iniciador de los pasos a seguir para la consolidación de tan importante tarea en nuestro país. Durante su gestión como Secretario de Educación dio paralela importancia a la ciencia y humanismo para enfilar a México hacia la modernidad.
Sin embargo, como en toda obra que se emprende, hay ocasiones en que el camino se tuerce, ello no impide la reorientación de la senda; pues la educación en México debido a los rezagos observados a últimas fechas, ha retomado en buena medida los ideales y fines que Vasconcelos concibiera.
Lo anterior queda en claro en respuesta a la reforma educativa emprendida por el gobierno federal para ofrecer a las nuevas generaciones una educación de calidad, donde los conocimientos para enfrentar los retos de los tiempos, contemplen también los valores y el humanismo que forjen una sociedad enmarcada en la solidaridad, igualdad y paz, que armonicen una vida donde el bienestar y la justicia sean su sello.
“La visión que tenías sobre mí, no la defraudare, eso me fortalece aún más, serás ese impulso para lograrlo”.
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