Hiriart: En Colima el PRI sudará la “Gota Gorda” para Ganar

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    En el PRI sienten, que en buena medida tienen razón, que la ciudadanía podría llamarlos a ocupar la Presidencia en 2012.

    Tienen buenos precandidatos presidenciales, lo mismo que el PRD, mientras en el PAN las figuras aún no pintan.

    Falta tiempo, es cierto. Falta que sucedan cosas importantes antes de que ello ocurra.

    Antes de 2012 está 2009, y se da el caso de que el PRI, partido que en teoría lleva todas las de ganar, podría perder no una, sino cuatro de las seis gubernaturas que se eligen este año.

    Mal manejo de la delicada tarea de selección de candidatos, así como gobernadores aferrados a dejar un sucesor, podrían lograr que al PAN le caigan, sin mayor esfuerzo, gubernaturas que no pensaba ganar.

    Sonora, un estado que siempre ha sido gobernado por el PRI, y cuyo gobernador tiene aspiraciones presidenciales, podría ir a la cosecha azul de 2009.

    El gobernador Eduardo Bours no quiere dejar pasar al ex alcalde de Hermosillo, Ernesto Gándara, y ha puesto toda la maquinaria estatal a favor del senador Alfonso Elías.

    El poderoso senador sonorense Manlio Fabio Beltrones ha decidido no involucrarse en la contienda interna de su partido, mientras Beatriz Paredes, en un movimiento enérgico pero posiblemente tardío, cambió al delegado del PRI en esa entidad.

    El delegado saliente, que era el encargado de la conducción imparcial y limpia del proceso de selección de candidato a gobernador, ya tiene trabajo: en el comité de campaña del senador Alfonso Elías.

    Así, dentro de muy poco, el estado natal de Plutarco Elías Calles y de Luis Donaldo Colosio, podría ser gobernado por el PAN.

    En San Luis Potosí, el PRI se dejó imponer la candidatura de Fernando Toranzo, secretario de Salud del gobernador panista Marcelo de los Santos.

    El priista no vio por dónde le pasó el strike y ahí lo tienen, apoyando al candidato del gobernador del PAN.

    Nuevo León, el estado que recuperó el PRI hace seis años con Natividad González Parás, también está complicado para ese partido por el mal manejo de las expectativas de funcionarios del gobierno estatal.

    ¿Cómo es posible que haya una disputa, con todo, entre dos miembros del gabinete del gobernador?

    Una de las razones que pueden ayudar a ese partido a recuperar la Presidencia en 2012 es, precisamente, la imagen que tiene de disciplinado y la verticalidad del mando a la hora de cerrar filas.

    Resulta que en Nuevo León disputan la candidatura priista el secretario de Gobierno, Rodrigo Medina, y el coordinador de proyectos de Infraestructura Estratégica, Abel Guerra.

    Es decir, ya van tres gubernaturas que posiblemente gane el PAN, las de Sonora, San Luis y Nuevo León.

    Falta un cuarto estado: Querétaro, convertido en bastión panista desde 1997. Y así seguirá.

    Salvo, claro, que alguien piense que el senador Calzada le pueda ganar al candidato de Diego Fernández de Cevallos en Querétaro.

    En las dos entidades que el PRI puede ganar, Campeche y Colima, tampoco la tiene fácil.

    Aunque al parecer no representa gran peligro para el PRI, se le salió de control el senador Alejandro Rafael Moreno,Alito, quien podría contender por otro partido.

    En Colima el PRI sudará la gota gorda para ganar. Puede hacerlo, pero enfrente tendrá a Acción Nacional y, tal vez, por el PRD, a Mario Delgado, uno de los más interesantes cuadros del gabinete de Marcelo Ebrard en el Distrito Federal.

    Así es que antes de ilusionarse con 2012, el PRI tiene que salvar 2009.

    De seis, dos, sería un pésimo resultado para el PRI.

    Ello no quiere decir que en la elección de diputados al Congreso federal le vaya mal.

    No necesariamente. Aunque una inadecuada selección de candidatos los puede poner en el segundo lugar.

    Hay casos como el de Óscar Lara, en Sinaloa, que lanzó su candidatura en un evento al que acudió toda la clase política de su partido, empresarios y dirigentes sociales.

    Pero en otros lugares del país comienzan a surgir nombres identificados con el jurásico en el pleistoceno político.

    Nombres que no suman nada, absolutamente nada, al PRI.

    Al contrario, le pueden ocasionar el efecto risting: fenómeno tectónico de hundimiento y de todo lo que le acompaña. (28 de enero, 2009)