UdeC no fue Solidaria con el Movimiento del 68

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    En el tomo V de la Historia General de Colima, denominado “La búsqueda de la modernidad y el regionalismo”, el historiador Pablo Serrano Álvarez refiere que pese a las visitas de estudiantes de la UNAM y de Chapingo a la Universidad de Colima —en agosto y septiembre de ese año— para informar la situación del movimiento y demandar apoyo de los universitarios locales, la dirigencia de la FEC no definió una postura cuando ocurrió la matanza de Tlatelolco.

    Aunque antes de la masacre la FEC había exteriorizado algunas muestras de apoyo a los estudiantes de la capital del país, al final esta organización “fue conservadora respecto del movimiento estudiantil de 1968, y sus líderes se ubicaron del lado del oficialismo diazordacista que encabezó en el estado el mismísimo gobernador (Pablo) Silva García”, define Serrano.

    En cambio, en ese tiempo “la FEC, eso sí, pidió autorización al gobernador para que se cancelaran las labores de la Universidad de Colima y diversos centros de estudio por diez días, desde el 14 de octubre, con motivo de la celebración de las Olimpiadas. La petición fue concedida”.

    Entrevistado al respecto, por el periodista Pedro Zamora, corresponsal de Proceso, el actual presidente de la FEC, Luis Fernando Mancilla –quien asumió el cargo hace dos meses–, califica de “desafortunada” la actitud de la organización frente a las luchas estudiantiles de 1968 en el país.

    “Es algo que nos genera una situación… lo lamentamos, entendemos que no fue el papel que nos hubiera gustado jugar”, comenta.
    Sin embargo, en descargo de la responsabilidad de sus antecesores, el dirigente estudiantil considera que para realizar una crítica y un balance objetivo de aquel episodio, tendría que analizarse detalladamente el contexto político y social de esa época en la entidad.

    “No había medios de comunicación tan modernos como hoy en día y los que había estaban controlados por el Estado, eso es una realidad cierta, entonces, ¿cuál era el contexto? ¿Cómo llegaba la información a Colima? ¿Cómo era la comunicación? ¿Existían pactos y alianzas de solidaridad? ¿Qué tan politizada estaba la comunidad estudiantil en Colima?”, cuestiona.

    “No vivimos en aquel país ni en aquellos tiempos —añade—, pero creo que algo fundamental hubiera sido la solidaridad de parte de la FEC con el movimiento estudiantil (del Distrito Federal), como una situación básica para ver cuáles serían las demás acciones mediante las que los estudiantes de Colima pudieran haberse manifestado”.

    Alianza con Echeverría

    No obstante, durante la década de los sesenta y setenta, en Colima la FEC protagonizó su propio movimiento estudiantil local, que en algunas etapas tuvo fuertes enfrentamientos con el gobernador en turno, especialmente Pablo Silva García y Arturo Noriega Pizano, aunque los líderes estudiantiles mantuvieron una posición de respaldo al gobierno federal.

    Y a partir de su alianza con el gobierno de Luis Echeverría Álvarez, los principales dirigentes estudiantiles conformaron el llamado Grupo Universidad, desde el que lograron el control de la rectoría de la casa de estudios, así como diversos cargos de elección popular a través del PRI, y a la fecha dos de los exlíderes de la FEC, Fernando Moreno Peña y Arnoldo Ochoa González, han ocupado la gubernatura, el primero de 1997 a 2003 y el segundo en forma interina en 2005.

    Luis Fernando Mancilla dice que en una ocasión el político Porfirio Muñoz Ledo, quien en los setenta fue presidente nacional del PRI, le contó que en esa época fue enviado a Colima de parte del presidente para otorgarle una candidatura a diputado federal a un líder estudiantil del estado y le dieron a escoger entre dos prospectos: Fernando Moreno Peña y Arnoldo Ochoa González, de los que finalmente el primero fue el designado, en tanto que a Ochoa le llegaría su turno en 1979.

    “Muñoz Ledo me dijo en forma muy general que la actitud del gobierno federal con las universidades y los estudiantes después del movimiento del 68, fue encaminada a generar otra vez esos canales de comunicación, de acuerdo y de consenso… pero que esa actitud no fue no sólo con la FEC, sino con todos los movimientos estudiantiles del país, para dotar de representatividad al movimiento estudiantil a nivel nacional, con la intención de reivindicarse ante la atroz matanza de 1968”, comenta el presidente de la FEC.

    En relación con el movimiento estudiantil local de la FEC, en el que hubo movilizaciones, secuestro de camiones, la toma de la Rectoría, pleitos entre facciones y hasta homicidios, Mancilla Fuentes considera que fue la manifestación de una época, de una generación oprimida y reprimida.

    “No justifico de ninguna manera los actos ilícitos que pudieron haber ocasionado algunos de esos cuadros, de los cuales no podría aseverar quiénes o qué acciones en particular, pero por lo que nos hemos documentado, sí vemos una juventud oprimida, carente de espacios de participación”.
    El presidente la FEC cuestiona que el gobierno no promueva esos espacios de participación y de reflexión de los jóvenes.

    “Creo que después de la Revolución, el gobierno le dio a cada sector social su representatividad, pero nunca se pensó en la juventud como un conglomerado organizado, crítico, reflexivo y preparado; los jóvenes eran vistos, y aún actualmente somos vistos por algunos gobiernos e instituciones, como menores de edad, como sujetos incapaces de tomar decisiones por nosotros mismos”.

    Agrega: “Hay un sentido paternalista, asistencialista de algunos gobiernos, y efectivamente creo que esa situación era muy clara en aquel entonces, y ante la carencia de canales los jóvenes vieron, como una forma de expresarse, la presión y la rebeldía”.

    La aplanadora

    Actualmente, indica, “la FEC ha cambiado y debe seguir cambiando para estar a la altura de las circunstancias, no solamente los estudiantes, sino también de la sociedad en general, que se ha transformado; tenemos una comunidad estudiantil muy consciente de ese cambio y también en las universidades públicas y privadas, en las escuelas de educación superior hay estudiantes de todas las corrientes ideológicas”.

    Mancilla Fuentes argumenta que los principales exdirigentes de la FEC hayan forjado su carrera política a través del PRI, en alianza con el gobierno de entonces, pues “el partido hegemónico en México era el PRI, le decían la aplanadora, no había otro mecanismo de participación política, y las otras fuerzas estaban representadas por muy poca gente, no había un mecanismo serio para llegar al poder más que el PRI”.

    El dirigente de la FEC informa que el organismo está preparando, junto con estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas, una serie de actividades para conmemorar la masacre del 2 de octubre de 1968.
    “Es muy importante que no olvidemos el pasado, que lo tengamos presente, para nosotros es muy importante la formación crítica de los estudiantes; queremos irnos por el enfoque del análisis; estamos planificando mesas de debate en relación con Tlatelolco, además de un concurso de ensayo donde los estudiantes puedan analizar cuáles fueron las causas que antecedieron al movimiento”, concluye.

    Tomado de Periodico El Tiempo:

    http://www.eltiempoenlinea.com.mx/periodico/index.php?option=com_content&task=view&id=2798&Itemid=3