Entrevista al Chef Madrigal

0

“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo

y no en el resultado.

Un esfuerzo total es una victoria completa”.

Gandhi

José Luis Cobián|CN COLIMANOTICIAS

Manzanillo, Col.- Ramón Madrigal a sus 31 años es toda una institución en el mundo de la cocina en Manzanillo, cuyas experiencias lo han convertido en uno de los Chefs que mejor han conectado con extranjeros y mexicanos que les gusta la buena mesa, quienes han tenido la oportunidad de darle un vistazo a la verdadera alegría que proporciona una buena comida.

Un hombre de su tiempo, con verdaderos talentos culinarios; creando la comida perfecta para cualquiera que viene a verlo a su restaurante. Capaz de ver más allá, Madrigal, por sus valientes cualidades, goza de la divina locura de sus años, que lo dotan de la ilusión que caracteriza a los jóvenes emprendedores de Manzanillo, que representa aquellas cosas que de cierta forma se han perdido en el país, el de apoyar la gran ilusión de lo que significa el talento joven de México.

Madrigal, es un cocinero de la vieja escuela, cuyas posibilidades creativas del presente y su proyección hacia el futuro lo dotan de una mente activa que escapa a cualquier esfuerzo de limitación, por el que circulan intereses artísticos e intelectuales.

Sin embargo, como las grandes historias, no ha sido fácil, pues a lo largo de su vida ha tenido que desempeñarse como lavaplatos, aprendiz, sartenero, parrillero, salsero, ser cocinero de tripulación de un velero de lujo, y estar al mando de la cocina de grandes hoteles, hasta llegar finalmente a perseguir un sueño: desarrollar su propio restaurante.

Su historia en la cocina inicia a los 16 años, a lo largo de 28 estados, sobrepasando granujerías y vejaciones que destrozan los nervios en este ambiente, hasta dominar su jerga y convertirlo en un chef de la nueva ola mexicana, con la oportunidad de comercializar ideas realmente innovadoras, el activo intelectual del que más depende.

Uno de sus amores auténticos, la cocina, lo han llevado a hacer de ella una obra mexicana, que a través de mi breve experiencia con sus platillos, he saboreado su delicada preparación de su comida de mar y tierra, entre ellas la carne de libre pastoreo. Sin embargo, no es motivo de alarma, pues sus platillos conservan el equilibrio entre precio y calidad.

Ramón nació en el seno de una familia manzanillense. Sus padres, Tomás Madrigal Graciliano y María Magdalena Guitron Barajas, actualmente están casado y viven esta bella aventura al lado de sus dos bellos hijos. Pero quizás la vena de cocinero provenga de sus abuelos, quienes dieron vida a un restaurancito de comida tradicional en nuestro puerto.

¿RAMÓN, TU NACISTE CON LOS CUCHILLOS Y LA PARRILLA BAJO EL BRAZO?

Ja-ja-ja-ja, parece, pero la verdad es que me gustaba comer bien y no me gustaba comer cosas mal hechas; eso se lo debo a la abuela quien me impuso un estándar medio-alto.

¿CÓMO INICIAS LA AVENTURA DE LA COCINA?

Comencé como ayudante, y a lo largo de mis vivencias, sucedía algo parecido como cuando me embarqué en el velero, se retiraba el cocinero, y como siempre por jugarle al Juan Escutia, por aventando, me quedaba con el reto de hacer sus labores, pero siempre haciendo equipo y preguntando a otros cocineros, a los que ayudaba, y fueron ellos los que me brindaron el respaldo.

¿HA SIDO DIFÍCIL, EMPRENDER ESTE CONCEPTO DE RESTAURANTE? -REFLEXIVO Y AUTOCRÍTICO CONTESTÓ.

Sí, porque, aunque me he mantenido de esta actividad, nunca he comercializado mis habilidades, por lo que espero me ajuste la paciencia, y sobre todo, la economía para seguir soportando las adversidades. Algo que me alienta a seguir, son los buenos comentarios de los comensales, y saber, que los mejores restaurantes, algunos hasta con Estrellas Michelin, tardaron años en que los visitaran.

Sin embargo, prometo no bajar la guardia, y solo hasta que el réferi me toque la campana llegaré hasta el 12° round, no importa que llegue con la boca sangrado, lo que quiero es llegar a más paladares, para que sepan que hay gente que nacimos para amar lo que hacemos.

Ramón es un cocinero experimentado, especialista en preparar comidas personalizadas, un chef gourmet, y como tal, cuenta con un gusto delicado y exquisito paladar, conocedor de los platos de cocina significativamente refinados, dotándolo de esa capacidad de ser catador de sabor, fineza y calidad de alimentos.

A él y a su equipo, los podemos encontrar de lunes a domingo de 8 de la mañana a 11 de la noche en la calle, María Pérez Alfaro, número 14 en Manzanillo, por el Hospital Civil bajando por la calle entre la gasolinera y el Banamex antes de llegar a la iglesia. Un lugar que junto a los escenarios del entorno le brindan un toque afrancesado, ofreciendo la posibilidad de apartarse de la ciudad, pero sin salir de ella.

Madrigal, es un restaurante creativo de un cocinero que inició con una necesidad, que más que una moda, busca crear un legado, con sus cenas degustación, desayunos tradicionales con sabores que los remontan al pasado, poniendo el acento en lo que el Chef define, como la posibilidad de vivir y disfrutar de una comida más allá del concepto de venta, donde disfrutar no implica saturar de cosas adicionales a los platillos.

Un lugar de agradable, que ha sido merecedor de comentarios, como: “El menú degustación fue genial. Experiencia muy especial, fantástica comida y servicio. El chef es muy apasionado y talentoso. Apoya y alienta a este chef local que realmente ama lo que hace”. Carolina Rivera

Madrigal, está basado en el mérito propio y aplica muy bien que innovar significa encontrar ideas, es por eso que se pueden topar con historias en sus platillos, entre ellas: ¿Quién mato al cerdo?, complaciendo su paladar, y lo mejor de todo, llegar con el chef y solicitarle algún gusto personal sin necesidad de ver el menú. Es recomendable reservar al 3333519, 3141242998, 3141099447, para darle una mejor atención a su llegada o consultar al Face: Madrigal Cocina Creativa.

El Chef Ramón Madrigal, es quizás el Auguste Escoffier de la cocina en Manzanillo, por lo que no podemos ignorar a este joven talento como si fuera un fenómeno ajeno a la comunidad que le da origen, ni a las circunstancias en las que se desarrolla, y es mi intención darles a conocer esta historia que va rumbo al éxito, pero necesita de nuestra ayuda.

Con esta conciencia integradora, es necesario apoyar a los jóvenes de la localidad, en los que prevalecen las ganas y el valor de crecer, porque como decía Albert Einstein, comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos.