¿EN MANOS DE QUIÉN ESTAMOS LOS MAESTROS?

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Hay puestos por designación y por imposición; desde la parte oficial en la Secretaría de Educación existen desde la figura del secretario, las facultades legales para designar a quienes serán los que ocupen los puestos en las direcciones, subdirecciones, jefaturas, coordinaciones, entre un sinnúmero de oficinas que coordinan esfuerzos para que la garantía de la educación, sea una realidad en nuestro Colima.
Pero de esos espacios que se supone deberían ser para trabajadores comprometidos que redoblen esfuerzos desde la parte oficial sin mezclar lo sindical, muchos son ocupados por personas plenamente identificados con intereses sindicaleros; así es, amable lector, lectora, cuando la dirigencia de un sindicato corrompe el eje toral que es la defensa total del trabajador en todos los ámbitos y aspectos, no hay líderes, hay sindicaleros.
Si hacemos un análisis por lo menos en los últimos 30 años el Snte, cada cambio de administración gubernamental en todo lo largo y ancho del país ha estado coaccionando a la autoridad educativa oficial para no sólo obtener puestos en el organigrama educativo, sino además, para celebrar convenios que dejan jugosas comisiones para las “vacas sagradas del Snte”, en donde quien siempre sale perdiendo es el trabajador.
En todos estos años, ese acaparamiento no sólo perjudica a los trabajadores en el tema de los préstamos de nómina, en donde documentado está fueron diseñados para que a través de un amañado contrato y acuerdos de escritorio en lo oscurito, el trabajador termine pagando dos, tres y hasta cuatro veces más el valor del préstamo; además, lacera la hacienda sindical al momento de no transparentar: ¿Qué uso tienen las cuotas sindicales?, ¿a cuánto ascienden en Colima? Y en el tema del ya conocido hotel del magisterio “Pez Vela”, hasta este momento nadie de los que dirigen al Snte, ni los delegados especiales, han tenido la decencia de decirnos a los maestros: ¿En dónde está el dinero? Y es que la carrera electoral resulta tan tentadora que son capaces de guardar silencio hasta por espacio de dos años para no decirle a sus representados: ¿Dónde está el dinero y en qué se destina?
Prefieren saturar nuestra bandeja de correo electrónico de mensajes que solo vanaglorian a quien dice representar los intereses del sindicato más grande de América Latina y en Colima, saturan el WhatsApp de comunicados que no son canjeables por recursos económicos para el trabajador. Mensajes de desesperación que piden que un maestro de Manzanillo sacrifique su fin de semana o su noche e invierta un promedio de 600 pesos en trasladarse a la capital, para estar a la intemperie prolongando la toma de oficinas, mientras los líderes sindicales disfrutan desde la comodidad de su oficina, un restaurante o su propio hogar, que algunos trabajadores estén en pie de lucha. Si por ejercer mi derecho a decir la verdad estoy siendo calumniada por el sindicato que dice representarme, entonces estoy en la dirección correcta.
Yo, al igual que la mayoría de los compañeros, nos hemos dado cuenta que no necesitamos del Snte para mantener a salvo nuestro trabajo, porque muchos durante años vimos cómo pasaban los hijos, los compadres, los amigos, las novias y hasta las amigas sobre nuestro escalafón y les asignaban plazas y horas, sin importar nuestros derechos.
Citaré el fragmento de una entrevista de la revista “Proceso”, edición 2071, que le dio la vuelta a todo México, donde miles de personas y maestros se cimbraron con lo que decía Mauricio Urtaza Martínez, socio de la empresa Financiera DC, encargado de dispersar las comisiones que el sindicato cobraba a las empresas que prestaban dinero a los agremiados y revela en entrevista el modus operandi de ese entramado:
“En agosto de 2012, en la Iglesia de San Martín de Porres, en Guadalajara, la familia de Elba Esther Gordillo Morales emparentó con la de Juan Díaz de la Torre. Ese día, Mónica Arriola Gordillo, hija de ‘La Maestra’, fue madrina de bautizo de una hija de Juan Oscar Díaz Medina. Ese compadrazgo reafirmó la relación de la entonces dirigente sindical y su futuro relevo.
“Originario de Jalisco, Díaz de la Torre, inició su vida gremial a la sombra de Juan Alcalá Espitia, dirigente de la Sección 16 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (Snte) en Jalisco y cercano al creador de Vanguardia Revolucionaria, Carlos Jonguitud Barrios y posterior líder de ese gremio.
“Cuando Gordillo Morales hizo a un lado a Jonguitud, Díaz de la Torre se plegó a ella. Y ella le correspondió al convertirlo en líder de la Sección 16 de 2000 a 2003; dos años después lo ungió como líder de su recién creado partido político: Nueva Alianza.
“La habilidad con la que Díaz de la Torre manejó el Fideicomiso Global del Magisterio en Jalisco, fue vista por ‘La Maestra’ como una virtud, por lo que lo hizo hombre de sus confianzas en materia financiera. Decidió que fuera él quien determinara qué dirigentes seccionales del Snte se habían ganado, a costa de embaucar a maestros con créditos de nómina, su 2% de comisión.
“Mauricio Urtaza Martínez -socio de la empresa Servicios Financieros DC y encargado de dispersar las comisiones que el Snte cobraba a las empresas autorizada como únicas para prestar dinero a sus agremiados- relata cómo participó Díaz de la Torre en esa estrategia y terminó por traicionar a Gordillo.
“Entrevistado en el Reclusorio Sur Varonil, Urtaza Martínez ubica a Díaz de la Torre como pieza del complicado engranaje que exprimió económicamente a los maestros durante la gestión de Gordillo”.
Hasta ahí la transcripción del texto, amable lector, lectora, esta entrevista nada tiene que envidiarle a una tragedia griega, y es que el progenitor de Juan Díaz, me refiero a Juan Alcalá Espitia, ex líder sindical de la Sección 16 en Jalisco, estuvo preso por 7 años en el Cereso de Manzanillo, Colima, acusado de portación ilegal de armas y posesión de drogas; actualmente encabeza un grupo de maestros inconformes contra la tibia postura del sindicato en el tema de la reforma. Como decía el comediante Pompin Iglesias: ¡Qué bonita familia!
Cierro mi columna con una reflexión: ¿Si en todos estos años el Snte no ha estado para mí, por qué debo yo estar para el Snte? Y algo muy importante, el sindicalista atiende las necesidades de la base trabajadora y defiende a cabalidad sus derechos; los sindicaleros utilizan las siglas del Snte y la buena voluntad de los trabajadores del magisterio para lograr materializar sus mezquindades laborales y electorales.