EMSAD, EN ESPERA DE QUE LES LLEGUE LA 4T

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Uno de los temas más cacaraqueados del actual Gobierno Federal es el dar impulso a la educación media superior y superior; se ha hablado de fortalecer a las universidades y de crear 100 de estos planteles en el país, así como la revisión de los presupuestos otorgados a las que desde hace muchos años operan como universidades públicas.

Si nos basamos que se ha manejado que la educación superior será obligatoria, no cabrían posibilidades de retirarles los apoyos a los bachilleratos que hacen la función más complicada, que es extender los servicios educativos a las zonas rurales, donde los alumnos caminan de una comunidad a otra para llegar a los telebachilleratos y Emsad.

Para que esto sea posible, amable lector, lectora, se requiere que los maestros de Telebachilleratos y del Sistema de Educación Media Superior a Distancia (Emsad), se trasladen diariamente a las comunidades rurales para cumplir con su labor educativa, incluso hay casos de algunos que por las distancias se quedan a vivir ahí de lunes a viernes, debido a su difícil y derivado de que lo que perciben no les alcanzaría para solventar los gastos para ir y venir diariamente, comprar alimentos y materiales didácticos.

Fue desde el 1° de marzo de 2019 que los docentes ya no pudieron sostener la situación y se manifestaron en las oficinas de la Secretaría de Educación en la capital del estado; en ese entonces el atraso del pago era de tres días y se dieron cuenta que el problema de sus faltas de cumplimiento a sus pagos no eran de competencia estatal, sino federal.

El 15 de marzo de nueva cuenta se manifestaron y argumentaron que “la lentitud en los trámites burocráticos por parte del Gobierno Federal para la radicación de recursos provocó que docentes del Emsad y telebachillerato, de nueva cuenta nos manifestemos en la Secretaría de Educación para solicitar que el gobierno estatal intervenga y realice las gestiones para que el gobierno federal otorgue dinero para regularizar nuestros pagos de sueldo de dos quincenas de atraso”.

El representante del líder sindical de la Sección 6, José Ernesto Vega Vázquez, se concretó a decir que la manifestación es para que el secretario de Educación en Colima, Jaime Flores Merlo, presione al Gobierno Federal y afirmó que “ya se publicaron reglas de operación y hay un convenio de radicación de recursos en México y se burocratiza mucho, por lo que la inconformidad de trabajadores sube de nivel”, a eso añadió que en Colima no hay delegado de la Secretaría de Educación Pública y no han tenido acercamiento con la coordinadora estatal de Programas de Desarrollo Social, Indira Vizcaíno.

Mientras tanto, la maestra Margarita Ochoa, titular de Educación Media Superior, en estricto apego al marco jurídico, les demostró a los 285 trabajadores de Emsad y Telebachilleratos “la solución no está en nuestras manos, se ha hecho un procedimiento de acuerdo a los convenios de colaboración financiera y a nosotros como Secretaría de Educación, en lo que respecta al estado, está atendido; las condiciones a nivel nacional han cambiado y el cierre de año fiscal aunado al cambio de gobierno no permitieron que se radicaran los recursos”; es decir, el secretario de Educación en el estado. Jaime Flores, cumplió con la parte que le concierne como autoridad estatal dentro del marco de sus competencias.
En pocas palabras, amable lector, lectora, la responsabilidad total del sostenimiento de los Telebachilleratos y Emsad que afecta a los trabajadores, es del Gobierno Federal y ellos debieron considerar la continuidad de la dispersión financiera para no frenar los pagos a docentes durante 2019.

Pero los convenios están en la Ciudad de México, en la Secretaría de Educación Pública, y al de Telebachillerato sólo resta que les depositen los recursos a su cuenta, mientras que en Emsad tendría una espera más larga y sería hasta que regresen el convenio con precisiones que no se habían hecho, ya que hubo omisiones.

Finalmente, el Gobierno del Estado, encabezado por Ignacio Peralta, realizó un enorme esfuerzo financiero para cubrir una quincena, y de nueva cuenta los maestros afectados de Emsad se volvieron a manifestar en la Secretaría de Educación en la capital del estado, encabezados por los maestros Edgar Carrillo, Bertha Mallorga y Hernán Cortés, manifestando que “el gobierno estatal les depositó una quincena para amortiguar la situación, pero les quedan debiendo aún tres quincenas, y que esa es responsabilidad del Gobierno Federal”.

Por lo pronto, las autoridades federales se echan la bolita y a pesar de que el pasado 29 de marzo el subsecretario de Educación Superior de la SEP, Luciano Concheiro, quien estuvo de visita por nuestra entidad, se comprometió formalmente ante diputados locales, autoridades educativas y docentes de Emsad y Telebachilleratos, a que a más tardar el pasado martes 2 de abril llegaría el recurso a Colima para el pago de sus salarios.
Es fecha que ni se les paga ni se les da respuesta de cuándo se regularizarán los pagos, y esta situación mantiene afectados a 198 maestros que atienden a cerca de dos mil alumnos que ven en esta modalidad de bachillerato la esperanza de culminar su educación media superior.

He tenido la oportunidad de estar en Emsad de comunidades como El Charco, Llano de La Marina, La Central, Las Adjuntas, Chandiablo, Chavarín, Cedros; así como en Telebachilleratos como La Culebra, Jalipa, entre otros planteles que se comparten con Telesecundarias a contraturno y en donde pude apreciar los grandes esfuerzos que realizan los docentes para cumplir con la encomienda de garantizar la educación media superior a la zona rural.

A pesar de ello, ahí están los docentes trabajando y esperando que los beneficios de la cuarta transformación les lleguen, si no para tener un edificio propio, sí por lo menos para garantizar el pago de docentes y cumplir con el apartado de la educación media superior obligatoria.
Es importante construir 100 universidades, pero antes de ello, se debe garantizar que estos sistemas educativos, me refiero a Emsad y Telebachilleratos, operen con normalidad, para que entonces sí los egresados puedan disfrutar de su ingreso garantizado a la educación superior y elegir una licenciatura.