El Síndrome del Emperador afecta contexto Casa-Escuela (PRIMERA PARTE)

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Son conocidos como los niños que mandan en el hogar, aquellos que desde edades tempranas desarrollan conductas de empoderamiento y manipulación hacia sus padres, son los niños y las niñas que no han sido orientados debidamente para que se marquen límites en las figuras de autoridad. Sobreprotegidos en exceso y como dato importante, pertenecen en la mayoría de los casos, a familias de media clase a clase alta, sin embargo esto ya no es un rasgo predominante. Los niños emperador, denominados así por los especialistas en psicología infantil, han sabido aprovechar las circunstancias afectivas, laborales e incluso el ser hijos únicos; son niños muy  inteligentes, que desarrollan un liderazgo a temprana edad y que bien orientados, pueden ser los líderes del futuro, la determinación ya la tienen, solo falta orientarlos y enseñarles los límites.

Durante poco más de 16 años de trabajar como docente pude atender éstos casos, que si bien es cierto son en porcentajes bajos, tienen más incidencia en instituciones privadas que en las públicas. A lo largo de cualquier trayectoria docente, se pudo haber presentado uno o varios casos en los que el niño o la niña, no sólo fue irrespetuoso con sus maestros, incluso, quiere gobernar a sus compañeros y marcar pautas a los docentes. La conducta parece sorpresiva e inexplicable, pero es al tener el registro en la bitácora y al contrastarlo con la entrevista en donde está el docente, personal de apoyo psicopedagógico y padres de familia, que el niño trae esa actitud de casa, misma que hace evidente al tener un comportamiento dominante sobre sus padres y mostrar actitudes groseras sin importar delante de quien se encuentre.

A continuación compartiré a usted un artículo que habla a detalle acerca del comportamiento de los niños emperador o los niños que maltratan a sus padres:

“El síndrome del emperador, del niño tirano o del niño rey son los distintos nombres con que se conoce a un fenómeno cada vez más común: el de los niños que acaban por dominar a sus padres, e incluso, en los casos más extremos, por maltratarles.

¿Pero cómo son esos niños? ¿Cuáles son sus características?

1.- Sentido exagerado de lo que les corresponde y esperan que los que están a su alrededor se lo proporcionen.

2.- Baja tolerancia a la incomodidad, especialmente si es causada por la frustración, el desengaño, el aburrimiento, o la negación de lo que han pedido; entonces, la expresan con rabietas, ataques de ira, insultos y/o violencia.

3.- Presentan escasos recursos para la solución de problemas o afrontar experiencias negativas.

4.- Están muy centrados en sí mismos y creen que son el centro del mundo.

5.- Buscan las justificaciones de sus conductas en el exterior y culpan a los demás de lo que hacen, por tanto, esperan que sean los otros quienes les solucionen sus problemas.

6.- No pueden, o no quieren, ver la manera en que sus conductas afectan a los demás por lo que se dice que, muchos de ellos, carecen de empatía.

7.- Piden hasta el extremo de la exigencia. Una vez conseguido, muestran su insatisfacción y vuelven a querer más cosas.

8.- Les cuesta sentir culpa o remordimiento por sus conductas.

9.- Discuten las normas y/o los castigos con sus padres a quienes consideran injustos, malos, etc. Pero comportarse así, les compensa ya que ante el sentimiento de culpa inducido, los padres ceden y otorgan más privilegios.

10.- Exigen atención, no sólo de sus padres, sino de todo su entorno. Y cuanta más se les da, más reclaman.

11.- Les cuesta adaptarse a las demandas de las situaciones extra familiares, especialmente en la escuela, porque no responden bien a las estructuras sociales establecidas ni a las figuras de autoridad.

12.- Se siente tristes, enfadados, y/o ansiosos, y suelen tener una autoestima baja.

13.- Se tiende a culpar a los padres de este tipo de conductas por ser demasiado permisivos y protectores con sus hijos; aunque, también, influye el ambiente porque hoy los niños viven en una sociedad consumista, individualista y que pondera el éxito fácil y rápido por encima de todo.

14.- Además, puede existir una predisposición genética de carácter que explicaría por qué dentro de la misma familia, y en las mismas condiciones, sólo se ve afectado un miembro

El tema es amplio y dará para más, como dato importante se desarrolla en la infancia y en la adolescencia, pero es en las edades de los 12 a los 17 años en donde ya se tiene mayor control de la situación al interior del hogar y del aula por los niños emperadores. El día de mañana daremos más información a usted amable lector, lectora, con la finalidad de que se difunda ésta información que nos ayuda a todos.

Cierro esta primera parte  con una reflexión “Qué diferente sería la sociedad si en los hogares y en las aulas los emperadores fueran los padres y los maestros”.