PUNTO SOCIOLOGICO
Por: J. Daniel Miranda Medrano
Los abrumadores resultados electorales dieron cauce a un nuevo escenario político en México y también en estas tierras; los tradicionales partidos políticos y sus protagonistas cedieron su lugar a la nueva organización política construida por el hoy presidente electo y también a nuevos a nuevos personajes que antes eran desconocidos. En estos días se ha escrito mucho respecto a los recientes desencuentros entre los diputados de los partidos que integraron la coalición “Juntos haremos historia” y que iniciaron como nueva mayoría en el Congreso local, marcando un hito.
En este contexto, me parece importante recalcar que los desaguisados que se han visto en el Congreso local se deben a que en las urnas fue derrotado el viejo partido hegemónico y sus autoritarias prácticas, mismas que le daban línea a sus legisladores, mismos que fungían más como empleados del gobernador en turno que como representantes populares. Escenas como las que vimos durante la conformación de las comisiones son más bien producto de un nuevo quehacer político, hecho por nuevos y antes desconocidos legisladores que en su mayoría no tienen experiencia legislativa.
Han recibido muchas críticas los nuevos diputados de la mayoría, y no los disculpo, pero también hay que entender que las relaciones entre los nuevos legisladores se han dado porque ya no existe la línea vertical que conectaba a esa mayoría con el gobernador. Anteriormente los “representantes” solo iban a levantar el dedo o a votar en contra de algún tema, pero cuidando siempre de cumplir la ordenes de su patrón sexenal. Ahora las cosas son distintas y ya no existe ese sistema autoritario que hacía del Legislativo un apéndice el poder ejecutivo. Así, las críticas se entienden con respecto al reparto de las comisiones pero ¿Qué preferirían los críticos? ¿Qué tuviéramos un Congreso levanta dedos como en antaño obedeciendo solo al gobernante en funciones?
En lo que si coincido, es en las grandes expectativas que causaron las ofertas de campaña que prometían disminuir los ingresos que recibe la clase política, independientemente del cargo que se ostente; y con respecto al Congreso, en las redes sociales se ha expresado una justificada inconformidad con relción a los onerosos ingresos que tienen los legisladores locales. Son muchas las formas en las que en estas redes de internet los colimenses han manifestado la irritación que provoca contrastar las promesas de por fin hacer un cambio verdadero, contra la realidad que les demuestra lo contrario.
De por sí causó indignación el anuncio hecho en San Lázaro de que los diputados federales se auto duplicaron los viáticos contraviniendo la sana austeridad que proclama el presidente electo. Y permítame insistir que con respecto a la mayoría que representa Morena, la disminución de estos ingresos ha sido una de las demandas que la sociedad quiere que se hagan realidad. En este tenor, resultan esperanzadoras las declaraciones del presidente estatal Sergio Jiménez Bojado (nuevo personaje de la política que está desplazando a los tradicionales), en el sentido de que la reducción se va a dar porque está firmada en los Consejos Nacionales.
A los involucrados habrá que recordarles que la sociedad ya no es la de antes, y que estará al tanto del actuar de los nuevos representantes que eligió. Así, no hay que asustarnos de las nuevas relaciones que se dan en el legislativo, pero sí hay que estar al pendiente de que se cumplan las ofertas de campaña demandadas por la sociedad.
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