Discuten académicos posición de mujeres y marginados en discurso histórico y mediático

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 Redacción|COLIMANOTICIAS

Colima, Col.- En el marco del 6º Encuentro de Investigación y Promoción de la Lectura que organiza la Facultad de Letras y Comunicación (FALCOM) de la Universidad de Colima, investigadores y académicos se reunieron en el auditorio de este plantel para analizar, desde sus respectivas especialidades, las “Perspectivas de género en el discurso”, ante un público integrado por estudiantes y profesores universitarios.

En la primera intervención, el profesor investigador de la Facultad de Pedagogía, Jonás Larios Deniz, presentó la colección de cuadernillos “Un lugar llamado Kipatla: Lecturas para combatir y prevenir la discriminación hacia las minorías”, editada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), con la finalidad de sensibilizar a los niños de primaria en el respeto a las diferencias de cada individuo.

El catedrático señaló que las historias de esta colección se desarrollan en el pueblo imaginario de Kipatla, del náhuatl “cambio”: “Son doce cuentos escritos con la finalidad de que los profesores de primaria fomenten en los niños el respeto entre las personas”, detalló.

Para ilustrar el contexto nacional en este tema, Larios Deniz ofreció algunos datos estadísticos del CONAPRED sobre la intolerancia hacia sectores como el de los discapacitados, las mujeres, los homosexuales, grupos indígenas, los adultos mayores y personas con VIH Sida, entre otros.

“El propósito de la colección es vincular la no discriminación con los programas de educación primaria; está elaborada como guía didáctica con actividades para realizar con los niños y plantearles las preguntas adecuadas para cada lectura”, explicó.

En su presentación “Historicidad y perspectiva de género”, el historiador colimense Héctor Porfirio Ochoa señaló que a finales del siglo XIX y a principios del XX se generó una tendencia a dejar de lado el aspecto narrativo de la historia en aras de adoptar una perspectiva más científica. Sin embargo, añadió, para la década de 1960 el teórico británico W. B. Gallie empezó a analizar los escritos históricos como textos literarios y no como representaciones científicas; también consideró a la narrativa como la herramienta más valiosa para explicar las experiencias y acciones de la gente.

Sobre este tema, el especialista abundó que durante mucho tiempo los historiadores han descartado la posibilidad de reconstruir la vida de los individuos no privilegiados; sin embargo, otros “han tratado de reconstruir la vida de hombres y mujeres pertenecientes a las clases populares del pasado, gracias a la evidencia proporcionada por los archivos de los tribunales en distintos lugares y tiempos. Es decir, sólo la vida de las élites ha sido registrada en la prensa y en los grandes libros”.

En este sentido, señaló que el impulso por escribir la historia desde la perspectiva de hombres y mujeres ordinarios, junto con la agenda feminista enfocada a hacer a las mujeres centrales para la interpretación histórica, han alterado dramáticamente en las décadas recientes el estudio de esta ciencia. “Si las clases subordinadas han estado durante mucho tiempo fuera de la historia convencional, las mujeres han estado al margen aún más”, indicó.

Por su parte, la jefa del Departamento de Fomento y Divulgación de Derechos y Políticas Lingüísticas del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Ana Laura Cárdenas Cuevas, habló sobre el “Tratamiento del feminicidio y la violencia hacia las mujeres en la prensa escrita” y de cómo los medios de información masiva han legitimado, consciente o inconscientemente, la violencia contra las mujeres.

La también egresada de la carrera de Comunicación de la UdeC, puntualizó que los medios de comunicación masiva desempeñan un papel importante en los procesos de legitimación y han contribuido a que la sociedad no combata ni identifique la violencia.

“La violencia contra las mujeres tiene distintos matices, distintas formas de exposición y discursos diferentes. Lo importante es cómo es expuesta en los medios de comunicación; necesitamos leer entre líneas porque nos hemos vuelto insensibles ante la violencia”, finalizó.