DECLARACIÓN DE AVG NO ES CONCURSO 

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La Panga 

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz 

No es cuestión de concursos para ver quien se gana un lugar en la lista, sino de acciones serias y plenamente analizadas por parte del gobierno federal, para que se considere incluir o no a un municipio para decretar Alerta de Violencia de Género, está de sobra decir que se trata de un tema muy serio, pero al parecer a quien lidera los esfuerzos de la mujer en el puerto de Manzanillo, no le ha quedado claro que las muertes por violencia de género son una cuestión muy diferente a los homicidios de mujeres como resultado de la actividad delictiva, además,  que existe una gran diferencia entre mujeres violentadas por el hecho de ser mujer y las desapariciones de mujeres de las cuales se tiene registro  y resaltar que es Manzanillo el municipio en el que más alertas se han activado relacionadas con los berrinches de las adolescentes tras la falta de respeto a la figuras de autoridad en casa, que lleva a las autoridades a iniciar una intensa búsqueda.
Y es que se debe de partir de un fundamento más sólido para que la autoridad voltee la mirada a nuestro municipio, y cito textual lo que dijo la directora del IMM “De acuerdo al Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o desaparecidas de la Secretaría de Gobernación, señala que de las 77 mujeres desaparecidas en el estado a 30 de ellas las vieron por última vez en Manzanillo, donde se presume desaparecieron y eso da una cifra de que el 40 por ciento de las mujeres que han desaparecido en la entidad lo han hecho en este puerto”, lo que le faltó decir que de ése 40 por ciento, un porcentaje considerable tenía relación con la delincuencia organizada, quizá presas de la necesidad, o de sus parejas sentimentales que se dedican a la actividad delictiva.
Pero existen datos actualizados de las personas extraviadas y es en el portal de la Comisión Nacional de Seguridad que existe el Programa de Mujeres y Niñas Desaparecidas “Dar Contigo” y en la que aparece actualizada al día de hoy la siguiente información: Colima 2 menores y 1 mayor de edad siendo el caso más reciente en 2012, Tecomán 4 menores 2009, 2010, 2012 y 2017; además de 2 mayores de edad en 2016, Villa de Álvarez 1 menor y ninguna mayor de edad, Armería 1 menor de edad en 2007, Cuauhtémoc, Comala, Ixtlahuacán y Minatitlán no se tienen casos registrados y en el municipio de Manzanillo sólo se reportan 3 menores en 2010, 2014 y 2015  y 3 mayores de edad en 1998, 2008 y 2012.
No vamos a quitarle la importancia al tema, claro que se necesita endurecer las penas descritas en nuestras leyes para los agresores de mujeres y obtener recursos para trabajar en beneficio de la protección de la mujer, pero se debe partir de datos reales, haciendo una diferenciación entre homicidios, feminicidios, desapariciones, trata de mujeres, violencia contra la mujer en los ámbitos sociales, laborales, en el hogar, en el ejercicio del activismo femenino y periodístico, y la más recurrente, la que se da en la relación de pareja .
El posicionamiento equilibrado en la información que se difunda dará el sustento para presentar la urgente necesidad de generar las acciones desde los tres niveles de gobierno, para concientizar a la sociedad acerca de la importancia de generar una nueva cultura de respeto a la mujer y a todos los géneros humanos. El generalizar acerca de uno de tantos temas que hoy colocan a la mujer en la fatalidad diaria de vivir inmersa en la violencia, no permite establecer los indicadores reales para generar líneas de acción y dirigir los esfuerzos para atacar las variantes de violencia de género, en donde todas son importantes.
Esperemos que nuestras legisladoras locales y federales, las senadoras y todas las mujeres que son activistas y participan activamente en esta causa, puedan llegar a generar una sinergia que logre no sólo que se considere a nuestro municipio, sino que se le den todas las herramientas económicas, legales, de salud y educación e infraestructura, para combatir la violencia, fortalecer desde el seno de la familia y la escuela los valores, quitar las culturas malsanas en agravio a la mujer y porque no, pensar después de un tiempo de arduo trabajo, en la erradicación de la violencia.
Las mujeres no queremos píldoras mágicas ni promesas de ensueño, anhelamos respeto, tener las mismas oportunidades para trascender en lo laboral, profesional, político y económico, pero sobre todo no queremos golpes que duelan, palabras y humillaciones que lastimen, ni una ecodependencia con el agresor, que nos hace perdonar y exponernos más a la violencia, como ha sucedido en algunas instancias de impartición de justicia y en algunas oficinas que dicen protegernos.
Se necesita mano dura desde las mesas del ministerio público y los juzgados  para los agresores que son denunciados por las mujeres. Reflexiono y quizá es el hecho de que la autoridad decida sentar a conciliar a la mujer con el agresor y realizar un perdón administrativo, estuvo la diferencia entre un feminicidio, una mujer que se acostumbró a ser receptora de violencia y una que pudo librarse y vivir para contarla.
¿Cuánto tiempo más para que se entienda que la violencia de género es un monstruo de siete cabezas?