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México.- Las almendras provienen de un árbol llamado almendro y desde la época de la Colonia (en México), las empleamos para preparar postres, dulces tradicionales y moles, que se les llama almendrados.
Sin embargo, no es lo único para lo que puedes utilizarlas, debido a que cuentan con grandes beneficios en forma de nutrientes como vitamina E, fibra dietética y ácido fólico, por lo cual, para sacarles el mayor provecho, te revelamos por qué debes remojar las almendras:
1. Cuidan la piel y cabello
Las almendras remojadas presentan mayores concentraciones de vitamina E, la cual actúa como antioxidante y ayuda a reducir la inflamación en el cuero cabelludo como en la piel.
2. Benefician durante el embarazo
Cuentan con niveles más altos de ácido fólico, respecto a las almendras sin remojar, por lo que contribuyen a prevenir los defectos del tubo neural en los bebés, y que es provocado por la deficiencia de esta sustancia.
3. Ayudan en la digestión
Al poseer una buena cantidad de fibra dietética, las almendras remojadas te ayudarán a regular el movimiento peristáltico, así como a disminuir síntomas como estreñimiento, indigestión, hinchazón y dolores abdominales.
4. Facilitan bajar de peso
Tienen más proteínas y fibra que las almendras convencionales, por ello, no solo intervienen y hacen que el proceso digestivo se lleve a cabo de manera eficaz. También ayudan a mantenerte satisfecho durante más tiempo y resultan el snack perfecto para las personas que desean reducir su consumo de calorías.
5. Evitan enfermedades crónicas
Al ser una gran fuente de antioxidantes, neutralizan los radicales libres y reducen el riesgo de padecer enfermedades crónicas como cáncer, del corazón y artritis reumatoide. Las almendras remojadas son buenas para la memoria (gracias a su vitamina E), sobre todo, cuando se les consume con el estómago vacío.
6. Equilibran el colesterol
Por sus altos niveles de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, te ayudarán a mantener estables los niveles de colesterol en tu cuerpo; a prevenir ataques cardiacos, derrames cerebrales y aterosclerosis.
Fuente: Cocina Delirante