COLIMA – LEGAL

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Las escuelas del crimen

Por: Edgard Saúl Díaz Aguirre

Calificadas por algunos como verdaderas escuelas del crimen, las cárceles mexicanas han dejado de cumplir su finalidad para las cuales fueron creadas , “Han nulificado y convertido en letra muerta , la romántica y preferida frase de la clase gobernante al aludir que los centros de reclusión han sido hechos para readaptar y reinsercionar al delincuente a esta sociedad cada día mas agraviada por el fenómeno de la delincuencia , la sobre población en las cárceles y la corrupción generalizada , son los principales problemas  que desencadenan las deficiencias crónicas al interior de los reclusorios , reflejo vivo de una política criminal que ha quedado completamente rebasada , pues la imposición de penas mayores y la cada vez la imparable creación y definición de nuevos delitos , no han logrado detener a la delincuencia mexicana , aunado a lo anterior los presos siguen soportando “Los sistemas de cobro”  por la prestación de servicios o para evitar el cumplimiento de sus obligaciones , de igual manera la corrupción al interior y al exterior de los centros de reclusión , han permitido a los  procesados organizarse en autogobiernos , mismos que rebasan la capacidad de control del estado , permitiendo que los que mandan y ordenan sean los propios internos haciendo de ello un auto control que deriva en actividades ilícitas y que en muchos casos son ya incontrolables a la luz del poder coercitivo del estado , ocasionando que muchos de los presos  ya no les interese en lo mas mínimo lograr su libertad anticipada , pues han encontrado una forma de vivir y de alimentar sus ansias por controlar, liderar, y manipular a la población penitenciaria , la cual tarde que temprano cae en las garras demoledoras de estos grupos criminales y subversivos, obligándolos a someterse a ciertas normas y a formas de complicidad que en mucho han contribuido a la formación y mantenimiento indiscriminado de grupos criminales al interior de  las cárceles mexicanas , el consumo y tráfico de estupefacientes, y la obtención de privilegios , son entre otros, un problema que al parecer ya no tiene remedio , la falta de respeto a la legalidad, a la seguridad jurídica, y a la protección a la salud, hacen de quienes tienen obligación de velar por los intereses de los reclusos , coparticipes en este trama delictivo, cárceles donde las condiciones de vida son degradantes , incluyen imposiciones de aislamiento sin duración especifica, ausencia de una área para enfermos mentales y la inadecuada atención de menores que viven con sus madres , así como en el caso de las mujeres que purgan alguna condena o que esperan una sentencia , carecen de lugares y espacios específicos , por lo que es muy frecuente que se habilite en secciones donde conviven hacinadas con los reclusos varones en situación de franca discriminación y desigualdad. En Colima no es la excepción , si bien es cierto que aun no se ha llegado a esos extremos tan marcados , también es cierto que aun es tiempo , desde mi perspectiva, implementar de manera urgente un programa eficaz de prevención del delito al interior de los Centros de Readaptación Social, crear conciencia en el recluso de que su estancia al interior del CERESO, es precisamente reincorporarlo a la vida productiva , más que hacerle creer que se encuentra solamente purgando una pena , motivo por el cual se tendrá que trabajar intensamente en programas de atención psicológica, emocional, evitando a toda costa que repitan su historia en el transcurso de su condena . El estado tendrá que poner énfasis para que esto verdaderamente suceda, con pleno respeto a sus derechos humanos, garantizando su debido proceso ante la instancia jurisdiccional, pues a la falta de su respeto a sus garantías y a los derechos establecidos en la constitución, se convertiría irremediablemente en una dictadura , y ante un desorden institucional al interior del CERESO se transformaría irremediablemente  en una anarquía . El suicidio de un interno en días pasados debe de crear conciencia y encender los semáforos rojos de lo que está pasando al interior de las cárceles colimenses con sus condiciones de salud y bienestar, de los tratos a los que son sometidos, y que en más de las veces violentan la dignidad de los internos , si son sometidos a atenciones psicológicas , pues al encontrarse en un estado en donde la libertad se ve interrumpida produce serios e irreversibles daños al estado emocional de las personas , culminando en comportamientos delictivos que pueden ocasionar hasta el suicidio , lo que se puede prevenir implementando todo el poder de estado cumpliendo con los estándares de prevención, educación y atención de las condiciones de vida de los internos , es tiempo de dejar atrás el señalamiento discriminatorio de nuestros presos quienes por uno u otro motivo los llevo a violentar la ley , es tiempo de incluirlos en el proyecto de una eficaz y humana readaptación a la sociedad ,  caso contrario el estado se convertiría en cómplice y solapador de lo que suceda o deje de suceder en las cárceles de Colima , aún es tiempo para evitar lo que en otras partes del país ya es casi inevitable , no esperemos a que el asesino silencioso de la negligencia o de la apatía acobije al sistema penitenciario del estado , la voluntad política es pieza toral en este proceso , no esperemos que la bomba de tiempo llegue a su último segundo , actuar con responsabilidad es tarea de todos , es tiempo de dejar atrás el señalamiento discriminatorio de nuestros presos quienes por uno u otro motivo los llevo a violentar la ley , es tiempo de incluirlos en el proyecto de una eficaz y humana readaptación a la sociedad , aún es tiempo.