COLIMA: GUERRA FRÍA

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Si el gobernador Ignacio Peralta ha dicho, como lo dijo, que cada vez que analiza las acciones del régimen federal se siente más orgulloso de ser priísta y si en  la propia cara del presidente López Obrador  en su visita reciente a Manzanillo le dijo  que no será un incondicional de la 4T sino un colaborador sensato hacia su gobierno, estamos en presencia de un posicionamiento firme que sugiere al menos  que la  política transformadora, la que une y define el rumbo social,   corre riesgo de ausentarse en nuestro territorio por diferencias partidistas. En otra crítica más,  IPS expresó  su sentir de que con Amlo habría un desastre económico si sus políticas continúan por el mismo sendero. Y anteayer, remitió a maestros a reclamarle el no pago atrasado al propio presidente,  quien  a su juicio ha fallado en esa cuestión. 

Abona a esta afirmación lo que dijo la delegada presidencial Indira Vizcaíno, quien  habiendo tenido un perfil bajo las últimas semanas, por estrategia, pienso,  expuso que el gobierno federal trabajará con Colima con o sin colaboración estatal o municipal y que “no nos vamos a detener, es ( el trabajo), con los que  quieran sumarse, con ellos, sin ellos, o a pesar de ellos”.

Es claro que estamos ante dos enfoques  que corresponden a dos visiones contrapuestas o si se quiere en una lucha política: la del centralismo vigente, agresivo y asfixiante  que todo justifica en aras de la lucha contra la corrupción, y  la de un regionalismo que no quiere ser devorado por el poder omnímodo que aquel representa. La visita reciente de Mario Carrillo Delgado, de campaña,  tiene tufo centralista, pero no obstante tuvo gran acogida por priístas muy reconocidos. “No vaya a ser que las cosas vengan por ahí en el 2021”, piensan los más ladinos, que se fueron a la cargada.  

En los meses que lleva de ejercicio el gobierno federal, ha mostrado una cara convincente respecto a la primera de aquellas dos dimensiones. La lucha es por la reafirmación de un modo de entender y ejercer el poder sin contrapesos al punto de que sus opuestos dicen que Amlo pavimenta el camino para  reelegirse en 2024, como si se aspirase a implantar una soberanía que no oponga obstáculos.  Las bullas contra gobernadores,  se  convirtieron  en un escándalo que  demeritó el poder presidencial, decidido a ocupar las plazas públicas él solito si es necesario ante la inasistencia de aquellos.

A los que  gusta el pleito de callejón,  olvidan  que estamos en un régimen que inspira ciertamente cosas buenas, novedosas,  pero que necesita de la participación de todos los sectores. No se vale la política de  descarte, ni el  avasallamiento o juicio contra  nadie  desde el púlpito presidencial solo por sospechas infundadas.  No se relegue tampoco que cada gobernador, sea bueno o malo en su desempeño, fue electo y es depositario de un poder conferido legalmente. Si hubiera razones legales para confrontarlos por actos de corrupción, que  se aplique la ley. Pero que no se les pretenda asustar con el petate del muerto del rechazo ciudadano, que curados están todos y hasta insolentes son. Eso es guerra fría. Convéngase en que  los enfrentamientos políticos son antes que otra cosa muestras de malicia que podría  dañar a todos.

Vivimos en Colima a medio trecho del mandato local. Los problemas abundan, los recursos no alcanzan, los proyectos de gran alcance escasean y se retardan, Colima es, además,  un cementerio gigantesco.  No hay  obra física que pueda verse como un ejemplo  de laboriosidad extraordinaria, de  símbolo que distinga, de  utilidad verdadera, solo esbozos, obras muy pequeñas y, eso sí, mucha gestión de gobierno cuyos resultados no están por ahora. Y entonces no hay  tiempo que perder en la siguiente mitad. La acción política debe encaminarse sabiamente, dialogando, escuchando a las partes influyentes y concretando lo que nos beneficie. Urge, de entre todo,  mejorar la seguridad pública. Nos jode que la clase política  saque sus  bayonetas a las primeras de cambio.

Está a prueba  la madurez del gobernador Ignacio Peralta para que en esta etapa política que vive Colima frente a un gobierno de izquierda, se conduzca con ecuanimidad y respeto. En política el que se enoja pierde.  El pleito político  es ya desigual de suyo, y Colima puede perder oportunidades.

En cuanto a Indira, ha mostrado prudencia, capacidad de discernimiento y criterio ejecutivo manteniendo una posición crítica adecuada , por lo que  su contribución es buena para impedir que la pradera (Colima)   se incendie con atrocidades  costosas.  Que se peleen otros, definió desde hace tiempo.

Desde ahora tiene que refrendar todos los días que está hecha para empresas mayores, para que después no se le vayan a adelantar otros u otras en sus altas pretensiones.  Por lo pronto, tendrá gabinete, o subgabinete. . . .