Ciencia no es cuestión de género, sino de talento y pasión: investigador

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*Al comentar la película “Talentos ocultos”, el investigador de la UdeC, Ricardo Saénz Casas, reflexionó sobre los retos y la dedicación que enfrenta los científicos en el desempeño de su labor.

Redacción|COLIMANOTICIAS

Colima, Col.- Detrás de cada misión espacial o satélite en el espacio, hay numerosos científicos desconocidos; “son personas realmente admirables que hacen cálculos, física, matemáticas, que hacen lo que se necesita para un objetivo, pero como el título de la película lo dice, son ‘Talentos ocultos’”, dijo el investigador Ricardo Saénz Casas al ofrecer una charla tras la proyección de esta cinta en Cinépolis, como parte de la Cuarta Semana de Física y Matemáticas de la Universidad de Colima.

Si bien, comentó el profesor de la Facultad de Ciencias, se conoce a los astronautas de las misiones espaciales, pocas veces se sabe del trabajo que existe detrás ellas; de ahí que los científicos hayan disfrutado ver en pantalla la vida de tres mujeres afroamericanas que trabajaron en la NASA, en una época donde el racismo era fuerte en Estados Unidos.

“Creo –agregó– que es una película sutil; no tiene como fin denunciar el racismo que vivieron, sino que lo pone en el contexto en que ellas hacían su trabajo. La película nos dice que son tres personas con gran pasión por el trabajo. A los matemáticos nos ha encantado esta película porque realmente es así como hacemos el trabajo; si hay obstáculos, no nos quejamos, sino que nos ponemos a trabajar”.

Katherine Johnson, Dorothy Vaughn y Mary Jackson, son tres mujeres de color que viven en un contexto de fuerte racismo en Estados Unidos. Sin embargo, les apasiona tanto su trabajo, que no buscan pretextos sino ideas para conseguir sus objetivos.

“De hecho, en una de las escenas le dicen a Mary Jackson que deje de quejarse y se ponga a hacer algo: ‘ve y pelea en tribunales, quejarse no sirve de nada’. Están a punto de despedirlas porque llegan las computadoras y no se pusieron a hacer marchas en contra; sino que aprendieron a programar”.

Dijo que entre los años cuarenta y sesenta, en la NASA se contrataron 2 mil mujeres computadoras; es decir, aquellas que hacían cálculos, cuentas, incluso trabajos avanzados, “pero   no tener un título académico no se les permitía tener promociones o aumentos de salario; incluso no podían publicar un artículo con su nombre, ya que su trabajo oficial era el de una computadora”.

De ahí que estas mujeres buscaron ganarse un lugar a través su pasión por el trabajo. Katherine Johnson realizó los cálculos para el lanzamiento del astronauta John Glenn en órbita; Dorothy Vaughn fue de las primeras que se puso a estudiar programación y Mary Jackson fue la primera mujer afroamericana ingeniera en la NASA.

“Pero las cosas cambian; en 1965 Johnson firmó su primer artículo acerca de la geometría y las órbitas, y hace unos años, el primer artículo del Gran Colisionador, el LHC, tiene mil 500 autores, desde los físicos directores del proyecto hasta los estudiantes de preparatoria”, comentó.

Sobre este estudio, Ricardo Sáenz compartió que se abordan los “parámetros del sistema solar que se utilizarán para la navegación interplanetaria. Lo interesante de este artículo es que consideran los cambios geométricos que podemos reconocer en los cuerpos celestes que aparecerían ante un piloto en una misión típica a Marte”.

Como ven, finalizo, “los seres humanos no estamos soñando con ir a Marte ahora, sino desde 1965 y lo mejor es que ella (Katherine Johnson) ha sido parte de este proceso. Son personas realmente admirables que, como el título lo dice, son talentos ocultos, personas que no habían salido a la luz”.