BUSCANDO EL AMOR

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Por: Ruth Holtz*

Todos deseamos ser amados y amar siendo correspondidos. Muchas personas pueden estar buscando el amor toda su vida, hasta el grado de arruinarla. Algunos son esclavos de quienes les aman, hacen lo que ellos quieren. Incluso pueden permitir el maltrato o el convertirse en “la sombra del otro” con tal de ser amados y que su amor sea recibido.

El hecho es de que el amor es nuestro origen y a él queremos retornar: “Allí donde dos se funden”. El grado de intimidad, de entregar la vulnerabilidad emocional ante el otro esperando de éste un acto de amor recíproco es a lo que aspira cualquier amor. Muchos han salido lastimados. No todos sabemos amar, recibir el regalo de otro corazón brindándosenos. Y el otro con el tiempo se ha ensañado. Y quizá ya tampoco confía en abrirse y que no “le rompan el corazón”. Es una cuestión de madurez, pero superando los fracasos. Hay personas que tienen experiencias que en vez de darles madurez, les dan pretextos para cerrarse, a ensimismarse, para dejar de amar, para dejar de comprometerse con el otro en ser recíproco. Es preciso que sanen porque nadie puede dejar de amar y de ser amado. Es una búsqueda vital.

Amar no es sólo cuestión de pareja, hay amor a los hijos, a los padres, a los hermanos, a los maestros, a los amigos. La Biblia nos exhorta a amar a nuestros enemigos. Amar a quienes nos aman es fácil, se afirma en la Palabra de Dios, no así amar a quienes nos odian o a quienes les somos indiferentes. El hecho es que dependiendo cómo amamos es la persona en la que nos convertimos. Por eso la búsqueda del amor es el encuentro con la persona que queremos ser. Si somos egoístas e individualistas amaremos con medida en un “toma y daca”, sin involucrarnos y esperando más recibir que dar. Si amamos hasta anularnos, hasta borrarnos, desviviéndonos por el otro, dando más de lo que recibimos nos volvemos codependientes y seremos menospreciados porque somos los primeros en hacerlo, ponderando al otro. Nuestra forma de amar refleja lo que somos.

Además a quien amamos nos moldea. Solemos sobrevalorar lo que amamos. Y luego cuando comprometemos nuestro ser en compenetrarnos en la persona amada, en sus costumbres y su forma de pensar y comenzamos a apreciar su manera de ser como loable, entonces, como vimos en la película de Shrek, “adquirimos la forma del verdadero amor”. Acabamos pareciéndonos a quien amamos.

Amar es la actividad que más nos moldea, que determina lo que somos, lo que apreciamos y en donde enfocamos nuestra energía psíquica. Es fundamental que en la búsqueda del amor tomemos muy en serio, a qué o a quién.

La falta de amor es el origen de la mayor parte de los padecimientos psicológicos. Es indispensable ser amados para ser sanos mentalmente, pero también amar para madurar, crecer y superar nuestro egoísmo. Ser capaces de amar y ser amados es un proceso que lleva toda la vida. Los disturbios en el camino son atendidos por la psicoterapeuta.

 

* Mtra. Ruth Holtz, Terapeuta psicocorporal, Analista bioenergética, Psicoterapeuta psicoanalítica. Orientadora cristiana. Informes y citas, días y horas hábiles a los tels. 3 30 72 54/044312 154 1940

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