AYUNTAMIENTOS EN CRISIS 

0

TAREA PÚBLICA
Por: CARLOS OROZCO GALEANA

Los municipios de Colima atraviesan desde hace tiempo una profunda crisis económica, sin que ella impida que sus alcaldes en turno aumenten su plantilla laboral, como prácticamente sucedió el año pasado en todos los Ayuntamientos a excepción de Manzanillo, refirió Diario Avanzada.

Este Diario reveló que OSAFIG, en el primer semestre del año 2016, notificó que el ayuntamiento de Colima incrementó en más de 500 trabajadores la plantilla de personal respecto al cierre del ejercicio fiscal 2015. Estos datos forman parte del Análisis del Informe de Avance de Gestión Financiera Municipio de Colima, correspondiente al primer semestre del 2016, elaborado por este órgano de control, citó el mismo Diario. Otros ayuntamientos pequeños, también han incurrido en incremento de plantilla, tampoco entienden.

El municipio que preside Héctor Insúa García no fue el único que aumentó su plantilla para el primer semestre del 2016, sino que también lo hicieron 8 ayuntamientos más (excepto Manzanillo, de los diez existentes), a los que no les importó que las nóminas estén al tope para cubrir salarios y prestaciones de las plantillas laborales. Después del de Colima, fue el gobierno de Tecomán el que contrató 489 nuevos trabajadores, para un incremento del 51.2 por ciento.

En los cuatro párrafos anteriores queda expuesta la situación de vulnerabilidad que viven los ayuntamientos porque sus gobiernos, a pesar de tener la soga en el cuello financieramente hablando, incurren en excesos administrativos que finalmente son contra las comunidades. No hay alcalde que se sustraiga a la tentación de darle chamba a sus cuates, a los que participaron en campañas políticas, pensando que encontrarán en esas personas la necesaria lealtad que todo político exige a los que con ellos laboran. Lealtad antes que capacidad.

Son muchos los gobernantes a los que les importa un comino que los recién llegados a los ayuntamientos, por cuotas partidistas, por “méritos en campaña”, no tengan capacidades probadas ni experiencias, y así observamos como los buenos resultados escasearán como consecuencia de que en los aparatos administrativos no están los más aptos, sino los más allegados al alcalde.

Estamos en una crisis con visos de gravedad. Consultores Internacionales S.C. (CISC), comparó que en México el número de burócratas son 8 millones de personas, en tanto países más avanzados tienen menos, como es el caso de Estados Unidos que cuenta con alrededor de 2.2.millones de burócratas con una población de 300 millones de habitantes, o España con 2.5 millones y una población menor a 50 millones. O sea, nuestras nóminas mexicanas están que revientan.

Y por desgracia, a esa dinámica de irresponsabilidad no se escapan nuestros ayuntamientos, que se quejan a diario de falta de recursos pero que se resisten a quitar la obesidad a sus aparatos administrativos y cuyos alcaldes luego andan lloriqueando cada final de año a la federación o a los gobiernos estatales para pagar aguinaldos. Ojalá reaccionen a una vida administrativa más congruente y que no olviden que en la medida en que trabajen con orden, inteligencia y sensatez podrán satisfacer los derechos laborales y ofrecer servicios mejores a sus gobernados. Ya no engordar las nóminas, debe ser su grito de guerra.

Porque engordar las nóminas es sentenciar a los ciudadanos a servicios públicos de ínfima calidad, es darle mate de antemano a toda gestión de mejoría y a generar condiciones eficaces para el mal vivir. Es tiempo, pues, de comprender el significado tan importante de una administración que ponga el interés público por encima del sentido partidista, del amor personal del funcionario al partido de origen. Y en este tema vale reconocer, por último, el buen sentido de gobierno de la alcaldesa de Manzanillo, quien se ha rehusado a engordar el aparato gubernamental de Manzanillo. ¡Sígase su ejemplo!