Análisis político

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    Cada año egresan miles de nuevos profesionistas, engrosando las filas de los desocupados en nuestro estado. Y ante la alta desocupación de profesionistas, las empresas privadas prefieren contratar con el mismo sueldo de un técnico a un ingeniero o a una licenciada de alguna especialidad, porque éstos aceptan cualquier pago por necesidad económica; inclusive en la administración pública estatal, federal y ayuntamientos contratan de intendentes a profesionales. Los sueldos son bajísimos, por ello en muchos casos, aunque no lo crean, los albañiles, choferes o quienes venden discos piratas ganan más que los profesionistas que duraron muchos años estudiando.

    ¿Para qué estudiar si no hay empleos? Es la pregunta común de los jóvenes de secundaria y más del bachillerato, y lo admiten muchas familias también, pues hoy es una de las causas del abandono escolar. Existen cifras alarmantes de deserción escolar en Colima, porque de cincuenta alumnos del bachillerato que ingresan al grupo sólo terminan veinte, es decir, más del 50 por ciento de estudiantes abandonan sus estudios, algunos de los cuales aparecen en las primeras planas involucrados en actos criminales.

    Este problema no compete exclusivamente a las autoridades gubernamentales, sino también a las instituciones educativas que no han hecho su trabajo en el cambio de programas y especialidades, ya que inducen todavía a los estudiantes a crear falsas expectativas de que obtendrán un empleo burocrático, pero no capacitan para el autoempleo.

    En nuestro país muchas instituciones educativas abandonaron su compromiso ante la sociedad, las públicas se preocupan más por tener mayores recursos federales y estatales para mantener durante años a ciertos grupos directivos con altísimos sueldos que se autorizan igual que los diputados, y en las escuelas privadas se preocupan más por aumentar cuotas de inscripción, colegiaturas, cooperaciones y cobrar los títulos profesionales a precios exageradísimos sin que nadie les diga nada, pero no se involucran tanto para que los egresados sean capaces de crear su propio empleo o empresa en la especialidad que estudiaron.

    Pero el objetivo del estudio no debería ser exclusivamente para lograr un empleo burocrático ni para mejorar nuestra posición o estatus ante los demás; el estudio por sí solo no es garantía de éxito ni te otorga virtudes automáticamente, porque muchas personas que no estudiaron son más capaces para las empresas, son más sencillas y honestas, tampoco es para aprovecharse de los demás, como lo hacen varios políticos profesionales; el estudio es simplemente el mejor camino y herencia de los padres para que sus hijos aumenten su visión para su progreso y para que hagan conciencia del mundo que les rodea y contribuyan con su trabajo la parte que les corresponde al desarrollo social.

    LA GRILLA POR LA TIENDA AURRERÁ, EN ARMERÍA

    Una gran grilla hicieron algunos comerciantes priistas, manifestándose en contra de la construcción de la tienda departamental en esta joven ciudad, que hasta sorprendió al querer instalarse en esta población, cuando días antes aquí no había ni tesorería estatal ni banco alguno, el pleito fue dirigido contra el alcalde Ernesto Márquez, exigiéndole documentos como si fueran de gobernación.

    El PRI abandonó a los inconformes porque sabe bien que la ciudadanía, si apoya estas medidas, la gente sale beneficiada debido a que estas cadenas comerciales bajan los precios porque compran grandes volúmenes de frutas, cereales o mercancías a bajo costo, en comparación de los pequeños comercios que nunca se ponen de acuerdo para comprar ni vender. Armería requiere de esta empresa no por los empleos que genera, sino por los grandes beneficios de ahorro familiar.

    Vivimos tiempos de libre mercado y competencia, así lo señala nuestra Constitución, no pueden impedirla legalmente, políticamente tampoco, cualquier consulta pública apoya su construcción, los comerciantes que se reorganicen y compitan con ella con precios bajos son los que sobrevivirán, muchas tiendas sobreviven en la capital a pesar de que aquí se concentran.

    Por lo pronto, el mismo alcalde Ernesto Márquez, quien es también comerciante de Armería, ya cerró anticipadamente sus tortillerías, prefiere beneficiar a la población, él sabe que Aurrerá venderá la tortilla hasta 6 pesos el kilo, mientras que en las calles cuesta lo doble, a 12 pesos. ¿Beneficia o no la tienda al pueblo?

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