AMLO VS MILITARES

0

TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

El affaire- Ejército –López Obrador está conformando un ambiente nefasto parecido de algún modo  al que prevalecía cuando hace 23 años fue ultimado en Lomas Taurinas, en Tijuana,  Luis Donaldo Colosio. El buen lector ha de recordar que el país, por esas fechas, estaba convulsionado tras la declaración de guerra  del EZLN al Estado mexicano y por los efectos de una decisión política que no estuvo “planchada”, es decir, acordada al menos con uno que  aspiraba muy fuerte  a la candidatura presidencial, Manuel Camacho Solís.

La campaña del candidato priísta Colosio no levantaba y mucho se hablaba de la “sustitución de candidato” cuando ocurrió la tragedia. Hasta Carlos Salinas tuvo que salir a decir: “no se hagan bolas, el candidato es Colosio”, expresión con mucha jiribilla a esas alturas. El silencio de Manuel Camacho Solís, quien reclamó al gran elector, Carlos Salinas, el  por qué no había sido él el ungido, metió mucho ruido en la campaña priísta, pero se cuenta, sin embargo, que  MCS declararía a la nación finalmente su apoyo a Colosio, solo que no alcanzó a hacerlo porque éste fue ejecutado horas después de haber tomado Camacho esa decisión.

Petrificados vimos, pues, cómo un asesino ejecutó  fríamente al candidato y cómo se complicó luego su traslado para ser atendido. Lomas Taurinas fue una trampa fatal, un lugar con solo una entrada y una salida. Se hicieron averiguaciones en medio del escepticismo y todo quedó en que el autor, Mario Aburto,  había actuado “solitariamente”, desechándose la teoría del complot que defendió el fiscal Miguel Montes tras las primeras semanas de hacerse cargo de la investigación.

Ese clima en el que se dio la muerte de Colosio fue un factor de mucho peso, aunque como dijo alguien por ahí, “los climas no disparan”, pero la verdad es que   fue creciendo un rumor a tal grado que medio país pensaba que el candidato podría tener un final trágico, sobre todo a partir de su famoso discurso del cuatro de marzo de ese  2004 en el que pregonó la existencia de  un México sin justicia.

No se usted pero yo observo con preocupación el ambiente crispado  que va generándose tras el debate entre AMLO y el Ejército y Peña y los Calderón y luego Nuño. AMLO contra todos, banqueros y empresarios,  contra la mafia en el poder, la que ha ordenado vayan contra él “porque las encuestas los tienen nerviosos”, dice de manera altiva el  tabasqueño.

El pleito de AMLO con los militares es más serio. El tabasqueño los acusa de represión y de asesinar inocentes en varios hechos. Pero ¿qué  dicen los datos? Que entre enero de 2006  y febrero de 2017, la Comisión Nacional de Derechos Humanos recibió un total de 10 mil quejas en contra de la SEDENA por hechos violatorios de derechos humanos, consideradas todas como de “alto impacto”. Pero a pesar de ese cúmulo de quejas, la CNDH solo emitió 124 recomendaciones por violaciones de derechos humanos, que nadie sabe si fueron o no  cumplidas; la mayoría fue  por tortura, trato cruel, desaparición forzada y ejecución extrajudicial. Su presidente, Luis Raúl González Pérez, declaró a La Jornada  que el Ejército sí ha violado los derechos humanos.

Solo Dios sabe qué va a pasar los meses siguientes en materia de sucesión presidencial. Amlo luce ahora sí imparable y perredistas y hasta priístas reconocidos se le han ido sumando, lo que indica que difícilmente será rebasado por sus opuestos. Pero la pregunta obligada, ante la amenaza que representa para la derecha, es si esa “mafia del poder” lo dejará llegar a Los Pinos porque la violencia se está asomando peligrosamente en la escena nacional.

Es probable que ese debate  incendiario entre altos personajes de la política, adversarios entre sí,  continúe y también que por eso mismo se genere más violencia, sobre todo de una de las partes. Es deseable que haya serenidad y prudencia para entender el momento actual del país y dejar que hable  la conciencia de los mexicanos en el siguiente proceso electoral.